martes, 11 de noviembre de 2014

Cronica Sajona: Lucio Artorio Casto.

Los jinetes alcanzaron el claro, con la muchacha a la cabeza. La chica pregunto: "¿Quien camina por las tierras de Lucio Artorio Casto?".

La chica tenia pinta de estar bastante enfadada y la media docena de tipos que llevaba detrás no parecian mucho mas amistosos. Los jinetes tenían ganas de ponerse a hacer filetes de sajón, pero el hijo de Finn demostró una vez tener un pico de oro y poco a poco consiguió embelesar a la joven amazona ante los ojos atónitos de sus compañeros que vieron como el semblante inicalmente airado de la muchacha fue dulcificandose poco a poco bajo el hechizo de las palabras de Wulfrig y acabo iluminado por una sonrisa resplandeciente.

La joven se presento como Artoria, hija de Lucio Artorio Casto, Prefecto Castrorum de la legión VI Victricx y propietario de la villa de la colina. Y les invita a acompañarles para verle. Los Matatrolls ocutos salen a la luz y empiezan a ascender por la colina.

La villa esta rodeado de campos donde se cultivan cereales y hortalizas. Hay tambien un gran cercado con muchos cabalos, animales de color castaño, grandes y esbeltos, como el que monta Artoria.

La villa tiene cierto aspecto militar con su aspecto macizo y sus dos pisos. Sin embargo la fachada con sus columnas de cariatides  da una impresion mas sofisticada. El atrio de la villa esta lleno de plantas, con una fuente en el centro y un par de estatuas de Diana y Apolo, ambos con arcos de estilo sarmata.

Y junto a la fuente, vestido con una toga de caballero, les espera Lucio Artorio Castro, un caballero romano afable y de mediana edad. Una vez hechas las presentaciones formales, Artorio no tiene ningun inconveniente en contestar a las preguntas de los beorlingas. Mientras hace que los esclavos les traigan copas con vino de falerno y pastas hechas con lenguas de alondra.

El lo único que hace es cumplir con su deber. Esos germanos se han instalado en el territorio romano sin un foedus, sin permiso ni del Gobernador Agricola ni del Emperador Marco Aurelio. Era su derecho y su deber lanzar una expedición punitiva contra ellos.

Rowen se percata que alguno de los esclavos que les sirven tienen aspecto de sajones, aunque cuesta
estar seguro, ya que llevan el cabello corto y la barba rasurada. De hecho parece que les han eliminado todo vello corporal.

Artorio invita a los aventureros a que vayan a los baños para prepararse para la cena, que se celebrara en un par de horas y donde podrán hablar como es debido.

Los PJ ya conocen los baños romanos, y no dejan la oportunidad de tomar uno como es debido. Ya con todos los poros bien abiertos, los esclavos les conducen al salón principal de la villa. El salo esta iluminado con lucernas de aceite de oliva, y se han colocado los sofás para que los comensales puedan comer reclinados, colocandose la comida en mesas bajas, en cuencos y platos.

Mitra matando al Toro
El techo y los muros están decorados con frescos de escenas mitológicas, casi todas aludiendo a los dioses olímpicos, aunque en el muro norte hay un fresco especialmente hermoso de Mitra sacrificando al Toro. Justo bajo este magnifico fresco hay una puerta enorme de roble macizo y de doble hoja, ricamente decorada con tallas.
Wulfrig pregunta a Artoria sobre ella y la muchacha le indica que es la entra del Mitreo, el tempo de Mitra, al que acuden su padre y sus miles.

En el banquete Artorio y los beorlingas hablan largo y tendido. Aunque lo lamenta muchísimo, el no puede dejar de atacar los asentamientos germanos mientras estos no se retiren o puedan presentar un documento que demuestre que alguna autoridad legitima les permite vivir en las tierras que están ocupando. Sin embargo estará dispuesto a escuchar a esa reina Jorunn si viene a visitarle.

El ágape esta realmente a la altura de los descritos por los poetas del viejo Imperio. Entre los platos hay garum gaditanum, pasta de hígado de ganso, empanadas de lamprea y lechazo asado con miel y manzanas. El vino de falerno y el aceite de oliva abundan, artículos que se han vuelto rarisimos  en Britania en las ultimas décadas. Mientras cenan departen amigablemente, como patricios de la antigua Republica. La cena concluye con este acuerdo, y los PJ se retiran a pasar la noche.

El riton de la mirra
O no. Wulfrig y Kjallak quieren examinar el mitreo por la noche, para ver que se esconde en ese lugar tan oculto. Abren las puertas dobles al abrigo de la oscuridad, desvelando un atrio lleno de frescos y estatuas y una escalera que lleva a un sótano abovedado, el verdadero mitreo, una gran habitación donde solo hay unos cuantos bancos de madera, y donde se celebran las ceremonias del culto.

Hay cuatro puertas en la gran sala, tres de ellas están contiguas, junto al muro oriental. Cada una de ellas contiene una peana de mármol  en forma de columna jónica que alcanza a la altura de la cintura. Sobre cada peana hay un riton.

Los ritones o rytha son recipientes de origen iranio para libaciones ceremoniales, populares entre los sármatas.  Cada uno es distinto, uno contiene mirra, otro incienso y el ultimo pepitas de oro.

Si estos descubrimientos son intrigantes, aún mas lo es lo que se encuentra tras la ultima puerta: una habitación desnuda, pintada de negro, en la que se agolpan extraños instrumentos musicales, tarimas y otros artefactos de aspecto misterioso y uso desconocido.

El riton del incienso
 Aunque la investigación del mitreo no ha revelado nada por si mismo, los datos conseguidos, la actitud de los "guerreros sármatas", que mas que ser parecen actuar como tales, les permite resolver el misterio casi por completo.

"Artorio" es casi seguramente un poderoso alfar, que ha decidido que la vida de un dignatario romano del siglo II es la que desea. De los estudiosos de los seres llamados alfar, hadas o duendes están de acuerdo en que aunque estas criaturas pueden ser terriblemente astutas y maliciosas, su capacidad de invención es nula. No saben crear cosas nuevas, por eso las novedades les fascinan, ya sean objetos o personas.
El riton del oro

También explica por que sus moradas, vestidos y pertenencias son siempre una versión suntuosa de las de los pueblos humanos con los que tienen contacto. Y este es el caso de "Artorio" que ha tomado su aspecto físico, el de sus criados elfos y el de su morada del Lucio Artorio Casto que fue Prefecto Castrorum en el norte de Britania en tiempos del emperador Marco Aurelio.

Pero ni el más poderoso de los elfos puede mantener un glamour tan grande sin un poderoso ritual. Un ritual que seguramente incluye dos "anclas", dos objetos fisicos (o más), uno de Midgard en Alfheim, y uno de Alfheim en la Tierra. Si los desplazan de su lugar, el encantamiento se vendrá abajo como un castillo de naipes...

Continuara en la próxima sesión....

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