domingo, 13 de octubre de 2013

La Entrega de Jorun

Tras volver a sus hogares en Thanet, los Matatrolls hablan largo y tendido sobre los errores cometidos en su expedición al Norte. Tras ponderarlos reflexionan sobre que hacer lo que queda de verano. Lo más sencillo seria simplemente disfrutar de la vida y el amor estos meses antes de que llegue el otoño, y con el, la Guerra, quien sabe si la muerte. Pero siendo jóvenes y de sangre ardiente, deciden que eso seria malgastar su tiempo y perder la oportunidad de hacer hazañas que les hagan perdurar en la memoria de los hombres, y les faciliten la entrada en el Valhöll.
El apuesto principe Hrolf de Ribe
¿Pero que hacer?. Una expedición a Orkney,las islas del extremo septentrional, pronto queda descartada. Demasiado lejos para volver a tiempo para la batalla, así que deciden navegar hacia Jylland, la tierra de los jutos, para tratar de aclarar con el rey Olaf el destino de su hija.
Tras diez días de navegación el Lagrimas de Freya alcanza las costas de la península que separa el Mar del Norte del Báltico, en concreto la ensenada de Ribe, capital del rey juto. A pie de muelle les recibe el príncipe Hrolf, un apuesto joven pelirrojo, hermano de Hedriss e hijo del rey Olaf, que con su encantadora sonrisa cautiva a Jorun, paradojicamente inexperta en estos lances.

Al final Jorun no es
tan dura como parecia
    Las negociaciones con el rey juto van francamente bien, el rey, que ha enviudado recientemente, esta dispuesto a perdonar a su hija, pero quiere que a cambio los beorlingas firmen la paz con el airado Jarl Hord de Odense, que para recuperar su honor perdido no solo parece dispuesto a matar a su hijo sino también a llevar la guerra a Jylland. Jorunn acepta y el resto del día debería haber transcurrido sin problemas....
...pero no es así. Marek, enamorado en secreto de Jorun desde que ambos eran adolescentes, y que se ha convertido en su guardaespaldas solo para poder estar cerca de ella, esta a punto de provocar una crisis. Durante el festín que el rey da por la noche, cuando la cada vez mas cautivada princesa beorlinga quiere acompañar al príncipe juto a un lugar donde puedan estar a solas, Marek, burlando a los guardaespaldas de Hrolf, los interrumpe, argumentando que la vidente Hvit ha tenido una visión que muestra al padre de Jorun esta en grave peligro. Jorun vuelve precipitadamente al salón, donde la superchería  de Marek es revelada rapidamente. Jorun, irritada, envía a su joven guardaespaldas de vuelta al barco. Sin embargo parece que el houscarl ha logrado su objetivo, la magia del momento se ha roto... Más es entonces cuando la ladina Thorlot, por motivos que solo a ella incumben, usa su don para la mentira para que los dos amantes se reencuentren.. y pasen una noche de pasión el uno en brazos del otro, la primera para Jorun, que ha mantenido su flor hasta esta noche y que la entrega ahora con el mayor placer.
Marek dice: "Esta muerto"
Al día siguiente zarpan de nuevo. Marek esta insoportable, discute con todos y por todo, y Jorun debe reprenderle severamente. Los cuatro días de singladura hasta Odense, en la isla de Fyn son de lo mas tenso.

Por lo que han averiguado de la situación política en la tierra a la que se dirigen, algo huele a podrido en Dinamarca. El rey actual, Frodi, es un fratricida que mato a su hermano para quitarla su mitad de la herencia y luego se caso con su viuda. Ha ofrecido una gran recompensa a quien localice a sus dos sobrinos. Según él, tan solo quiere hacer las paces con ellos, pero dada su catadura moral, todos creen que es para matarlos. Sin embargo aunque algunos de los mejores videntes y hechiceros del norte lo han intentado, ninguno ha conseguido encontrar a los jóvenes príncipes.

Hvit la vidente tiene una fuerte premonición, esta autentica, que indica que hay un gran peligro en la margen occidental del Fiordo de Odense. Siguiendo su consejo, y aunque es mas peligroso, se adentra en el fiordo pegándose a su costa oriental. De esta manera llegan a los muelles de Odense sin dificultad. Allí son recibidos por una sombría comitiva, al mando del pálido y enjuto chambelán de Hord, Freca.

Marek desembarca el primero, de manera tan enérgica y precipitada que los daneses retroceden varios pasos y enristran su lanzas. Jorun debe poner orden y presentarse. Cuando se escucha el nombre "beorlingas" entre la pequeña muchedumbre que ha llegado a ver el desembarco se oyen gritos de "los protectores del Perjuro" y Freca debe poner orden a su vez. Finalmente dice que Jorun puede acompañarle a ver al jarl si lo desea, pero solo podrá llevar con el a dos acompañantes. Jorun escoge a otras dos mujeres, Rowen y Hvit.

El salon del jarl es mucho menos acogedor que el del rey Olav. Se nota que es lugar presidido por la
ira, Hord se sienta sobre su sital de madera negra de boj y responde con hostilidad a la joven princesa sajona. Su impertinencia llega a rozar la locura, cuando la hija de Hlothere le dice que su hijo y su ex prometida se han casado y están ahora bajo la protección de Freija, se refiere a la diosa como "La puta de Asgard". Finalmente Jorun se ofrece a prestar a Olav cualquier servicio que requiera como Weregeld por su hijo Vagn, y Hord le toma raudo la palabra.

Hace unas semanas, un gigante marino llamado Varamir el Pescador, se ha enseñoreado de un alto pico que domina la costa oeste del fiordo (de ahí mi predicción, piensa Hvit) y lanza sus redes mágicas contra cualquiera que se atreve a acercarse. Los pescadores de Odense han tenido que dejar de faenar en ese caladero, el mas rico del lugar. Si consiguen librarle del gigante, considerara la deuda saldada y levantara la recompensa que ofrece por la cabeza de su hijo.

Jorun vuelve al barco cejijunta, y ordena a Wulfric el Cazador que busque un lugar en el fiordo donde acampar, lejos del asentamiento. Wulfric encuentra un buen lugar, alto y resguardado, con un torrente de agua pura junto a él. Al anochecer, Kjallak se tiende junto al fuego, y mientras sus compañeros vigilan su cuerpo, deja que su harm vague una vez mas por el mundo de los espíritus. Llega a la colina descrita por Hord, y ve como en lo alto hay encendida una gran fogata, donde alguien asa una ristra de salmones, colocados en un espeto, como un hombre colocaría arenques. Pero no osa acercarse mas, ya que ve como un gran espiritu marino, con forma de congrio, rodea con sus anillos la roca. Se ve claramente que las leyendas que mencionan a Varamir de pasada como uno de los hijos de Rann, no estan del todo erradas.

Esa misma noche, mientras hace guardia, Marek ve una figura huidiza entre la maleza, sin saber como
ni por que, abandona su puesto en pos suyo. Se trata de un anciano con ropa de caminante, que hablan con palabras duras y certeros. Parece conocer el corazón de Marek mejor que él mismo. Le ofrece contarle como matar a Varamir, y a cambio solo le pide que cuando llegue el momento, mate a un pretendiente de Jorun. Debe hacerlo, sobre todo si quiere conseguir lo que mas desea, ya que ese pretendiente sera mucho mas peligroso que un príncipe juto de los que aman y olvidan. Este pude arrebatarle a Jorun para siempre, no por una noche. Marek duda, pero finalmente acepta el trato del caminante, que le entrega una rama de acebo con bayas, rojas como la grana, seis meses antes de que llegue el momento en que esta planta da fruto. "Pon el zumo de estas bayas en tu hoja, y Varamir caerá".

Llega el alba y con ella inquietantes revelaciones. Mientras Wulfric y Thorlot parten a explorar el pico del gigante, Hvit busca una cala apartada y solitaria donde implorar el consejo de Njord, el dios del mar. El dios del océano se presenta ante Hvit en toda su magnifica masculinidad, sin mas ropa que las olas, con su piel suave y brillante por el roce de las mareas, tal y como relatan las sagas. Mas el vanir no tiene consejos amables sino severas advertencias que trasmitir, de parte de su hija Freija: Ocurra lo que ocurra, el gigante Varamir no debe morir, o las consecuencias serán terribles.

martes, 8 de octubre de 2013

El legado de Boudicca

Tras optar por esperar a ver como acaba el pacto entre pictos y romanos, los sajones esperan en tensión mientras la banda picta se retira hacia el norte con su botín, y la enorme figura del elefante peludo se va empequeñeciendo. Los pictos han cumplido su palabra y en lo alto de la loma acordado los PJ encuentran los cadáveres de sus quince camaradas. Eso si, despojados de todo. 

Bajo la lluvia, los Matatrolls cavan las tumbas de sus amigos, y luego vuelven a la costa para reembarcar. Con la tripulación muy desmoraliza, descartan continuar hacia el norte en busca de la guarida de Kenneth.

Así que suben a su andador marino, que con sus cincuenta patas les lleva rumbo al Mediodía y a su
La Gran Boudicca
hogar de Thanet. No obstante, y ha recomendación de Thorlot hacen una parada en el camino en la ciudad de Venta Icenorum, la antigua capital de los icenos, la tribu de la terrible Boudicca, Boadicea para los romanos, que estuvo a punto de expulsarlos de la Isla de los Poderosos. La retirada romana a permitido a los icenos levantarle un gran monumento funerario a la entrada de la ciudad. En lo alto de una colina, doce menhires rodean una elevación sobre la que hay una estatua de la gran reina caída, de un tamaño doble del natural.

Al cuidado de este santuario hay un anciano druida llamado Carawyr que resulta ser... ¡El abuelo materno de Thorlot!. Que afortunada casualidad. 

En cualquier caso la influencia de Carawyr ayuda a que los personajes puedan acceder a la ciudad y su mercado sin problemas, comprando regalos para la boda que pronto ha de celebrarse en Thanet entre Gytha, la hermana de Rowenn y Hama, el hermano de Marek. Otros bienes y servicios como una magnifica cota de malla, aún están fuera del alcance de los Matatrols. También pueden probar nuevos vicios como unas semillitas negras llamadas opio que si se queman en un utensilio alargado y estrecho que termina ensanchándose en una pequeña cazoleta producen un humo sumamente relajante y que expande la consciencia, o eso dicen Wulfric el escaldo y Tullio el romano que lo han probado.
Y por fin llegan a Thanet, celebrándose la boda por todo lo alto aunque el novio trate de escabullirse hasta el ultimo momento, pero las nornas no están de su lado. La fiesta es alegre y no falta nada debido a que Marek no ha reparado en gastos, hay carnes de todo tipo y en abundancia, capones asados, codillos, caretas de cerdo,  costillares de buey, estofado, vino de la Galia, la mas fina hidromiel, pasteles y dulces.... Las mesas están a punto de reventar de exquisiteces y todo es alergia y disfrute. Nada turba el jolgorio, ni siquiera la inesperada llegada de Guerd Latik, un hombre de confianza del rey de Jylland, Olaf. Cual es su misión nadie lo sabe, pero habla largo y tendido con Hedriss y Vagn. Como tanto tiempo ha temido Jorun, finalmente han llegado noticias a la corte de Ribe del destino de los dos perjuros, el hijo y la prometida del jarl de Odense.

jueves, 3 de octubre de 2013

Thorlot la curandera

Thorlot nació de Geneffer, una mujer britana que había sufrido el amargo destino de ser capturada y esclavizada por el clan sajón de los Beornlingas

Habiendo nacido fuera del matrimonio, y ser mestiza, su destino también era la esclavitud o, como mucho, desempeñar trabajos serviles. Pero parece que a Thorlot, los dioses le sonrieron al nacer. O al menos una de las diosas: Freyja. 

Cuando la niña no contaba con los cinco años de edad, se dieron cuenta de que estaba tocada por los dioses: cuando cogió a un ternero con la pata rota y se la curó simplemente imponiendole sus manos. A pesar de su corta edad, la pequeña apuntaba maneras como sanadora. Tenía un Don.

Así que su padre, Egbert Cuthredson, decidió criarla como un miembro más de la familia, y aunque eso  levanto algunas pequeñas ampollas, todos terminaron, en mayor o menor medida, adoptándola como una igual. Los Beornlingas, eran conocidos por su ferocidad, pero no por contrariar abiertamente y sin razón alguna a una diosa, y menos a la más poderosa de las Vanir.  

Thorlot fue creciendo, y poco a poco, mejorando sus habilidades sanadoras. Aunque eso no era lo único que mejoraba. Buscando por el bosque plantas curativas, descubrió que había otras de uso muy diferente, opuesto de hecho. Y su curiosidad innata hizo el resto. Así fue como se convirtió en una experta herbolaria y en una pequeña mentirosa compulsiva, al hablar sobre sus excursiones por los bosques.

Cuando los mensajeros de Hengist y Horsa llegaron al asentamiento de los Beornlingas, ofreciendo al clan un futuro al otro lado del mar, Thorlot se alegro en su interior, ansiando conocer la tierra de su madre. 


Eso, y quizás tambien encontrar a su abuelo Carawyr el Druida, el padre de su madre. Muchas noches, cuando ella y su madre debían dormir lejos del fuego, y se abrazaban una a otra en busca de calor, su madre Geneffer le contaba historias de su pueblo, los Icenni, del coraje de sus hombres y mujeres. Sobre todo de sus mujeres, en especial de la gran reina Boudicca, que había derrotado a los romanos y había estado a punto de expulsarlos de Britania. "La sangre de Boudicca también fluye por nuestras venas, hija. No lo olvides nunca".